domingo, 21 de marzo de 2010

Inventario

Por más que algunos lo nieguen, todos venimos con un plan debajo del brazo. La pregunta es: ¿es ese plan compatible con lo que nos da la vida real? ¿Hay planes que nunca se cumplen? ¿Hay planes indeseados? Sí. A todo.
"Chica de 27 años, a punto de recibirse de periodista, busca trabajo decente". A ver si se entiende. "Decente", ese empleo que tiene la gente en los países del primer mundo. Con un sueldo que es, por lo menos, dos veces mayor que el alquiler mensual, con obra social incluida, en blanco. En blanco!!! Me pregunto hoy: ¿Qué se sentirá tener un trabajo en blanco? Un recibo de sueldo!! Qué ilusión.
El año pasado cuando cumplí los 27 me puse objetivos: a los 28, un trabajo "decente". A los 29, un novio "decente". Y a los 30, una familia (es decir, un hijo).
Hoy, 22 de marzo de 2010, a tan sólo dos meses exactos de cumplir esos benditos 28, estoy agarrada de un hilo cada vez más fino.
Así estan hoy las cosas: salí de un trabajo que me descompone al entrar y me descompone al salir; "él" tenía cara de haber cogido durante el fin de semana y yo, ahí estoy. Caminando con los ojos puestos en las baldozas para no llorar, llamo a mi amiga para ir a caminar, pero ella esta cansada porque fue a bailar salsa.
¿Cómo se sale de este estado?
Sumado a esta imagen de chicharra durante el invierno, tengo que decir que todavía pienso en mis ex. Al menos en los 3 más importantes:
- Con el que nos vimos durante 3 o 4 años, pero claro, él no era "para tener una relación en serio". Una madrugada cayó borracho en casa después de casi un año sin vernos. Cogimos como desaforados. Antes de irse me dijo que estaba de novio: "ojo con lo que pensás vos de esto", y me señaló. Una tarde lo crucé con la cornuda y la empujó para esquivarme. Forro.
- El divorciado. El único que me enamoró. Una mañana me desperté con un sentimiento enorme en el pecho. La llamé a mi amiga y le dije: "quiero que sepas que estoy enamorada". Lo senti: era amor. Y él: "en este momento no quiero ni puedo tener nada con nadie". Mentira sorete!! Con nadie no, conmigo! Dos meses después ponía en el Facebook que estaba en una relación con alguien que, por supuesto, no era yo.
- El que desnudo se parecía a un teletubi. Mensajes, llamadas, mesengger. Otro que me persiguió. Y no. "No hay en mi vida un lugar para otra persona". Ok, dije yo. Al año no sólo había una persona, sino dos. Y adivinen que? Tampoco era yo.

Así que bueno. Acá estamos. Mi inventario de hoy es: 2 meses para los 28, 1 desamor con cara de cogido, 3 ex rememorables de todas las formas, 0 recibo de sueldo, 8 kilos de más. Y este blog, que no tiene ninguna visita.

El plan

Por más que algunos lo nieguen, todos venimos con un plan debajo del brazo. Un plan. Con L. Como estan las cosas hoy, un pan sería algo de lujo.
No importa. La pregunta es: ¿es ese plan compatible con lo que nos da la vida real? ¿Hay planes que nunca se cumplen? ¿Hay planes indeseados? Sí. A todo.
"Chica de 27 años, a punto de recibirse de periodista, busca trabajo decente". A ver si se entiende. "Decente", ese empleo que tiene la gente en los países del primer mundo. Con un sueldo que es, por lo menos, dos veces mayor que el alquiler mensual, con obra social incluida, en blanco. En blanco!!! Me pregunto hoy: ¿Qué se sentirá tener un trabajo en blanco? Un recibo de sueldo!! Qué ilusión.
El año pasado cuando cumplí los 27 me puse objetivos: a los 28, un trabajo "decente". A los 29, un novio "decente". Y a los 30, una familia (es decir, un hijo).
Hoy, 22 de marzo de 2010, faltando tan sólo dos meses exactos de cumplir esos benditos 28, estoy colgando de un hilo, a punto de renunciar a mi trabajo y enganchada de un flaco que ni en pedo me va a ser mi chico "decente". Además, sigo pensando en mis ex. En todos. A considerar:
- En el que me boludeo durante tres años (un día, después de un año de no vernos cayó borracho en mi casa a la madrugada para conger como desaforados y al final decirme que estaba de novio);
- El divorciado que me engatuzó como los mejores para decirme un día: "Yo no quiero ni puedo tener nada con nadie". Con nadie no. Conmigo, sorete! Dos meses después ponía en el Facebook que estaba en una relación.
- El que desnudo parecía un teletubi. Me siguió, no me dejaba en paz: mensajes, llamadas, messenger. Me tuvo. Y entonces, ya no. "Ayy, en este momento no tengo lugar para otra persona". Cinco meses después tenía lugar no sólo para una, sino para otra que nació a los 9 meses.

Bueno, la cosa es que estoy a la deriva. Y esto se convierte en un círculo. Escena:

Salgo del trabajo. Triste, hecha mierda porque no me gusta ese lugar y dentro de poco me van a echar a la mierda. El chico "ese", tiene cara de haber cogido el fin de semana. Y yo, sola. Ahi, caminando, mirando el piso para no llorar. Pensando, a quién llamo? Y llamo a mi amiga y está cansada porque vino de bailar salsa.
Y él tiene cara de haber cogido el fin de semana.
Y yo acá estoy, contando monedas para ir a ver a Ramón.

El loco

Hace más de cien años, un señor barbudo cuya foto está en el consultorio de mi psicólogo Ramón, se preguntaba algo que no pudo resolver: ¿qué quieren las mujeres?
Durante mucho tiempo me cuestioné a mí misma qué es lo que quiero. Esta noche, mientras miraba otro capítulo de CSI y un hijo mataba a su padre de un palazo en la cabeza, encontré la respuesta: las mujeres queremos alguien que se vuelva loco por nosotras. Así de simple.
Hace noches que sueño con un chico que me llevó a dar la vuelta al mundo entre sus sábanas. Lo miro cada día y lo veo feo: se está quedando pelado, tiene ojos grandes, boca enorme, es petizo y cabezón. El remate: le dicen "sapo". Y yo, que le tengo fobia a esos bichos asquerosos, no puedo dejar de pensar en él. Todo el día. ¿Qué es lo que pasa con mi cabeza? ¿Por qué me siento atraída por alguien que no me gusta, y que todo el tiempo me inspira decirle: "sos insoportable"?
¿Estoy acaso enamorándome de alguien que nunca va a estar loco por mí? Ayudame Freud, dice el pelotudo de Arjona. Acá estoy preguntandome qué quiero. ¿Quiero un chongo? ¿Quiero un novio? ¿Quiero un loco? En fin, ¿qué queremos las mujeres?

lunes, 18 de enero de 2010

Miedo a qué

Dicen que el sexo complica la cosas. Mentira. Mi vida amorosa es decadente desde que era una pobre virgen, que fue besada por compasión detrás de una columna del boliche a los 16 años.
Cuando la lengua del Turco se metió dentro de mi boca, en lo primero que pensé fue en el Sida. Desde ese entonces supe que estaba signada por una maldición: mi mente se activa cuando estoy sobria y alguien me saca la bombacha. Quiero salir corriendo, no quiero estar ahí. Justamente, cuando todo está "parado", yo detengo el tiempo y me voy.
¿Miedo? Sí, seguro. Pero ¿a qué? Al Sida, a Bin Laden, a Néstor Kirchner, al perro que me mordió la pierna el 9 de julio, a mi abuela muerta, a la Virgen María.
Al amor.
Y al desamor.

Como sea. Hoy no quiero un novio. Quiero mariposas en el estómago. Que suene el teléfono y pensar que es él, sin tener la certeza de que es mi mamá. Quiero depilarme de urgencia a las 6 de la mañana porque después del boliche viene para casa. Quiero una picada para dos, y que ese dos no sea mi compañera de hogar. Quiero sonreir porque se me explota el pecho. Quiero chupones en las tetas.

Quiero un amor, un algo. Esta bien. Quiero un chongo.